martes, 30 de octubre de 2012
Remembranza I: El ZigZag Femenino
Era un día soleado de octubre,
la tarde calurosa enamoraba a la noche
y las ventanas de la pieza estaban a descubre,
así permitían el paso de la fresca brisa.
Acostada sobre la hamaca de cuatro patas,
estaba ella dulce desarropada y navegando en sueño;
sus manos por debajo de su cabeza
y los pies arrodillados sin suelo.
No hay otra figura tan perfecta,
que la ingeniería divina de la naturaleza humana,
tan abigarrado, hubiese creado.
Es momento de tumbarse a costado,
abrazarla y no excarselarla... nunca.
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