Títulos y subtítulos del autor. Resumen propio.
FORTALEZA
I.
Introducción
1.
La interpretación falsa lleva a su
falseamiento
La incorrecta interpretación de la realidad resulta en
únicamente lo falso, tal interpretación siempre debe tener su fundamento en el
ser.
Así, lo falso origina que conceptos como: prudencia,
justicia, fortaleza y templanza sean distorsionados y mal entendidos.
2.
Prudencia: Más que conocer, decidir
rectamente
Ésta virtud cardinal goza del más alto rango entre sus
homólogos. Adecúala acción del ser humano al ser de las cosas reales que existe
en la naturaleza, que de por sí son buenos por ser creados. Por lo tanto bueno
es lo que es prudente. La Ilustración Liberal, encasilla esta verdad moral a
que la medida de las cosas es la subjetividad humana, siendo lo opuesto.
3.
Justicia: Más que la virtud de la
compensación, el principio estructural de la sociedad
El liberalismo ilustrado, nieto del nominalismo de Occam, es
hermano del individualismo, lo que conlleva a que los individuos velen,
aparentemente, por intereses personales, sin embargo lo que hacen es velar por
intereses contractuales establecidos por una justicia conmutativa en un simple
contrato. Hecho que es opuesto a la metafísica cristiana social en la cual se
establece el ordo partium ad partes
(relaciones entre los individuos), ordo
totius ad partes (la comunidad con el individuo) y el ordo partium ad totum (el individuo con la comunidad). El
liberalismo, como doctrina, establece la justicia distributiva que en
consecuencia establece una obligación real sobre la comunidad y, luego, sobre
el estado quien se encarga de decidir el “bien” para las acciones humanas.
Entonces al ser fundada en un contrato, la anula a sí misma como sociedad y se
queda sin estado, escondiendo loa diferencia cualitativa entre el bien común y
el individual.
4.
Fortaleza y templanza suponen la
existencia del mal
El hombre ha sido cegado por su vida mundana decidida e
impide acceder al conocimiento real sobre las virtudes, en éste caso, la
fortaleza y templanza. Lo cual lo pone, sin advertirse de ello, en una tristeza
existencial al verse liberado ésta primera virtud. Esto obviamente lo predispone
al mal moral.
5. «Moderación»: Privatización de la templanza
La templanza puede
ser padecida como virtud solamente cuando se a asumido la pérdida de su
integridad, esto conducirá a la moderación para que sea una virtud.
6.
Fortaleza:
La virtud del bien arduo.
Otro
fundamento que el liberalismo ignora es que se tiene que resistir o combatir el
mal por gracia de la virtud de la fortaleza, como dice San Agustín “ser un
testigo incontestable” de la existencia del mal.
II.
Dispuesto a caer
1.
La fortaleza supone vulnerabilidad
Si el hombre puede gozar de la virtud de la fortaleza es por
que esencialmente puede recibir una herida, esto es, que sin vulnerabilidad de
la fortaleza no tendría razón de existir. O solamente sería adjudicado a un
ente angelical.
2.
Relación implícita con la muerte
Como dicho anteriormente, toda fortaleza supone una herida a
sufrir, lo que supone también heridas mortales. Estar dispuesto a morir, si por
morir se entiende ‘caer en batalla’.
3.
Martirio sin romanticismo
Además de las heridas a padecer, es supremo el actor tal
cual del ‘padecerlo’, es decir, del martirio, que es fuerza esencial del
cristiano.
4.
Victoria moral
Por último, es importante también el acto de la victoria,
sea por padecer la herida o la muerte. Ya que la muerte por fé triunfa y la
muerte son fé es una derrota.
5.
El fuerte no «sufre por sufrir», ya que no desprecia la vida
Quien enfrenta al
mal o lo resiste, no sufre por decisión de su voluntad. El mártir no desprecia
la vida. Para el cristiano, por lo menos, no existe sentido en el sufrir por
sufrir. Ya que éste ama su vida, pero ama más el alma espiritual, como menciona
Tomás de Aquino.
III.
La fortaleza no debe fiar de sí misma
1. No se trata de «vivir peligrosamente», sino rectamente
El aceptar el
peligro de padecer heridas o la muerte presupone que quien obra para el bien se
sabe valiente y de la bondad de la acción. Lo que importa es la misma
realización del bien, mas no las heridas.
2. «La fortaleza no debe fiar de sí misma», dice Ambrosio.
La fortaleza no se
da sin la prudencia ni la justicia, virtudes primeras. Es decir que la
fortaleza por sí misma no puede ser.
3. Sólo el prudente puede ser valiente
Como ya se ha
mencionado antes, la fortaleza esta después de la prudencia y de la justicia,
entonces no hay razón ser en una tercera sin una primera.
4. La fortaleza sin justicia es palanca del mal
Como en el punto
anterior, no puede haber, también, fortaleza sin justicia. Ya que sin ésta no
hay un objeto bueno y por lo tanto puede tender al mal. El hombre con fortaleza
siempre pone su vida en riesgo para salvaguardar la justicia.
IV.
Resistir y atacar
1.
Fortaleza y carencia de miedo
Padecer del peligro de heridas o de muerte, también implica
padecer de miedo, ya que el mal es una perversión del amor y éste con el temor
se condicionan mutuamente: cuando nada se ama, nada se teme; y al pervertir el
amor se pervierte el orden del temor.
2.
Resistir y no atacar: el acto propio de
la fortaleza
El atacar el mal implicaría besar su carga moral y por lo
tanto caer en una de las pasiones de los actos capitales. Esto es, como dice
Santo Tomás, adoptar una posición pasivista y aplicar la resistencia brindada
por la virtud.
3.
Paciencia y fortaleza
La relación entre paciencia y fortaleza pudiera ser
incoherente, lo que también predispone a un falso entendimiento de la virtud.
Ser paciente significa no dejarse quitar la serenidad para poder resistir y no
atacar. La paciencia siempre preserva al hombre del peligro.
4.
Fortaleza e ira
Puede sonar incompatible tal relación, como ha ido
influenciando el estoicismo espiritualista, que excluye las pasiones del cuerpo
del hombre, lo que es totalmente incoherente, ya que el hombre siempre padecerá
de las pasiones capitales por ser carne. Por lo tanto la fortaleza guardará la
ira cuando el objeto sea bueno y por lo tanto justo.
V.
Las tres fortalezas (vital, moral y
mística)
1.
Los tres órdenes: vital, moral, místico
Dichos órdenes ontológicos cubren lo proposición de que: el
hombre que ama su vida termina por perderla, sin embargo para cada una la
fortaleza es distinta:
·
Pre-moral (vital): Aquí aun no es virtud.
·
Moral: Aquí la fortaleza es una virtud estrictamente humana.
·
Supranatural (místico): Ya es más que virtud estrictamente
humana.
2.
Enfermizo afán de seguridad
Se trata del ego-centrismo, el querer medir el ‘mérito’ es
una característica del hombre moderno. Lo cual le produce una incapacidad de
abandonarse a si mismo de su propia mirada para seguir el objeto bueno y justo.
Ello provocará una enfermedad psíquica encerrado en una angustia.
3.
Los grados de perfección de la fortaleza
Postuladas por Santo Tomás de Aquino, se diferencian tres
grados:
·
Grado inferior: representada por la fortaleza política,
que se incorpora al grado que sigue.
·
Segundo grado: Llamado purificador o ‘purgatorio’ por
que en su interior se encuentra la imagen de lo divino.
·
Tercer grado: El fortitudo purgati animi, que refiere al espíritu purificado,
donde comienza la vida eterna y haber alcanzado las cimas de la santidad.
4.
La fortaleza como don
Que
bien podría llamarse ‘virtud heróica’ que en esencia conlleva a tener una vida
de camino a la perfección. Esto por gracia del Espíritu Santo.
5.
Fortaleza y esperanza
Después de padecer heridas mortales por el objeto bueno y
justo, la muerte sin esperanza es más terrible que morir con la esperanza de la
vida eterna, lo cual tampoco esta incorrecto; como en un principio se
mencionaba, relaciones como ésta pueden confundir al hombre y por lo tanto
obtener una información falsa de la realidad, y en este caso, tener una
consecuencia nihilista.
Es
claro que existe una vida eterna y la rectitud de llevar una esperanza responde
a tal realidad. Como dice San Agustín: no es la herida lo que hace al mártir,
sino la conformidad de su obrar a la realidad.
Referencias:
Referencias:
- J. Pieper (2010). Las Virtudes Fundamentales. Madrid: Ediciones RIALP S.A.
- Tomás de Aquino (~1200). Summa Theologiae.
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